Como todos sabemos, la consulta del dentista es una de las que peor fama tienen entre los pacientes. Visitar a estos profesionales de la medicina, no ha sido nunca algo deseable. De hecho, aunque los mismos odontólogos, advierten de la necesidad de hacerse revisiones periódicas, lo más habitual es acudir a ellos, en caso de necesidad y obligación. Afortunadamente, cada vez es más frecuente perder esos temores y lanzarse a la aventura en aras de mantener una buena salud bucodental y una sonrisa perfecta.
Desde HQ Tenerife, expertos odontólogos, nos han explicado las razones que hacen que cada vez, el miedo al dentista sea menor. Si echamos la vista atrás, los recuerdos en las consultas del dentista, consisten en agujas, molestias y dolor. Aunque solo fuera una visita para hacerse un aparato corrector de la dentadura, los recuerdos, siempre se tornaban desagradables.
La cuestión no era para menos, si ibas a hacerte una mera revisión, siempre aparecía una de esas temidas caries que había que empastar. Eso, ya conllevaba un par de pinchazos en la encía. Solo ver esa jeringuilla con la aguja curvada, ya helaba la sangre de más de uno. A parte del pinchacito, esos artilugios que luego iban a introducir en tu boca, con objeto de eliminar la caries a base de erosionar y pulir el diente o muela en cuestión. La boca abierta un rato, la incomodidad, la silla… Nada resultaba atractivo ni incitaba a repetir por voluntad propia.
Más de lo mismo, sucedía cuando la visita era para tratar de corregir la alineación de los dientes. Solo pensar en el aparato que ibas a tener que llevar en tu boca durante un tiempo considerable, quitaba las ganas de reconducir esa alineación. Podía tratarse de un aparato de quita y pon o uno fijo. Los odiados brackets, se convertían en sinónimo de burlas. Por no hablar del periodo de adaptación para hablar bien. No solo se trataba de llevar ese aparato, no. Hacer el molde para que el laboratorio fabricara el aparato a medida, ya resultaba de por sí, una misión, un tanto desagradable. La pasta que te hacían morder para dejar tu huella, dejaba en la boca un recuerdo (por su sabor, textura y pegajosidad), imborrable.
Tecnología al poder
Afortunadamente, la tecnología, ha hecho, gracias a esa imparable evolución que, el sector de la odontología, gane adeptos y se eliminen los temores. Tanto a nivel tratamientos como diagnóstico, los avances constantes se traducen en una mejor salud dental, un mayor numero de visitas al dentista y infinidad de tratamientos realizados con éxito.
A nivel estético, no se puede pedir más al sector. La implantología, los aparatos de corrección y todo lo relativo a los empastes y demás, han dejado de ser una tortura y en la actualidad, tanto pequeños como mayores, lucen con gusto su mejor sonrisa, incluso llevando un aparato corrector.
En los aspectos que atañen al diagnóstico e implantación, los avances tampoco quedan atrás. Al contrario, gracias a ellos, las consultas al dentista, son menos molestas e invasivas.
Dentro de las herramientas de diagnóstico, una de las fundamentales es el escáner intraoral. Esta herramienta en particular, fruto de los avances y la tecnología, es una de las que más beneficios aporta en el sector. Pacientes y profesionales de todo tipo: dentistas, ortodoncistas, implantólogos y protésicos, sacan todo el potencial de este tipo de tecnología.
El escáner intraoral, ha revolucionado el sector de tal manera que ya no hay consulta que no cuente con uno de ellos. La tecnología con la que se ha desarrollado esta herramienta, permite realizar una impresión con gran detalle de la topografía de la boca del paciente en cuestión. Con este método, se ahorra tiempo y se reducen considerablemente las molestias producidas mediante la medición tradicional con cubetas (la pasta ya mencionada). De esta manera, el odontólogo cuenta con un registro con un excelente nivel de detalle sobre la boca y las piezas dentales.
Gracias a este tipo de registro informático y a su vez, gráfico los profesionales del sector, pueden desarrollar una mejor planificación respecto a los tratamientos dentales propuestos, la ortodoncia y la implantología. El escáner ha contribuido a llevar a cabo un avance más que significativo en la misma eficiencia de los tratamientos dentales que existen en las diferentes especialidades de la odontología.
Aun tratándose de un elemento fundamental e indispensable dentro del sector, es frecuente que aparezcan dudas tanto a los pacientes como a algunos profesionales del sector, en lo referente a sus aplicaciones técnicas y los beneficios que aporta. Lo mejor para despejar dudas, es conocer su funcionamiento y aplicaciones.
Así funciona un escáner intraoral
Sin ir más lejos, un escáner intraoral es un sistema informático que toma impresiones tridimensionales de la topografía bucal. Valiéndose de la toma de una serie de mediciones de precisión milimétrica, este tipo de escáneres, toma las medidas correspondientes de cada una de las piezas dentales que componen la dentadura, así como de la cavidad bucal. Entre estas medidas, se encuentran también las correspondientes a la separación interdental, las áreas y la superficie de las mismas piezas dentales, el paladar, las encías y todo lo que compone la boca.
La suma de todas estas mediciones de extrema precisión y detalle, se traduce en un mapa detallado de la boca en imagen tridimensional. Este mapa, permite enfocar y observar con todo detalle, todos los ángulos de la boca. Con estas imágenes, pueden hacerse proyecciones y planificar tratamientos de todo tipo: terapéuticos, correctivos y estéticos.
Puesto que se trata de un sistema informático, una de sus aplicaciones más aplaudidas, es la facilidad con la que el dentista puede compartir la información con el protésico dental. En cuestión de segundos, la información pasa de un extremo a otro, sin perder detalle ni calidad y, por supuesto, ahorrando mucho tiempo, desplazamientos y envíos. Al contar con un elevadísimo nivel de detalle, la planificación de los tratamientos resulta más fácil y eficiente.
Al poder compartir la información en cuestión de segundos, se aceleran los procesos de planificación de los tratamientos, siendo estos, más eficaces, rápidos y precisos.
Recibida la información, el protésico dental, pude realizar una reconstrucción tridimensional de la boca del paciente, ayudado por los programas informáticos de tecnología similar a la utilizada en ingeniería, para la fabricación y el diseño de piezas y elementos de alta precisión, eliminando casi completamente, el error humano en la impresión de la muestra.
Estos factores, aceleran todos los procesos odontológicos a nivel general: desde el diagnostico hasta el tratamiento y su seguimiento. La eficiencia y celeridad con la que pueden llevarse a cabo actualmente los diferentes procedimientos, desembocan en mejores resultados en menos tiempo.
Hasta hace poco, solo la toma de muestras de la cavidad oral, requería de una impresión física en escayola o cualquier otro tipo de resina, llevaba su tiempo. El proceso de obtención se realizaba, como ya hemos comentado, introduciendo un molde en la boca del paciente. De este modo, se obtenía una impresión negativa de la cavidad. Posteriormente, esta muestra, se rellenaba con materiales como la resina o el yeso, para obtener una impresión física de la boca.
Una vez obtenida la impresión, esta se enviaba al laboratorio, lo que conllevaba una demora en el proceso. Los tiempos de secado y contracción de los materiales, entre otros factores, podían alterar el resultado del trabajo llevado a cabo. Gracias al escáner intraoral y las posibilidades que ofrece aunadas con la facilidad para intercambiar la información, la comunicación entre dentista y protésico es más rápida y efectiva. Este hecho, conlleva numerosas ventajas, no solo para el profesional, también, para el paciente.