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Verdades y mentiras sobre las muelas del juicio

Nuestro cuerpo es el principal protagonistas de muchos rumores que van de la mano de las historias de las abuelas y que por lo general, se convierten en historias con las que crecemos y que creemos porque si lo dicen las abuelas, es verdad. Cosas como que la zanahoria es buena para la vista, o que cortarse el cabello en luna llena hace que este crezca más rápido y bonito, han pasado de generación en generación, y así cómo estas historias, hay muchas más.

Una de las partes del cuerpo que más historias tiene, son los terceros molares, también conocidos como cordales o muelas del juicio, y son populares porque hay tantos casos y tanta información que le genera temor a las personas, y que históricamente se le han inventado muchas historias que es necesario desmentir.

Cuando se visita al dentista, una de las preguntas que siempre se les hace, y con mucho temor, es que si se debe operar para sacar las muelas del juicio. Sin embargo, esto no siempre es necesario y dependerá de muchos factores que iremos desarrollando a continuación, gracias al apoyo del equipo humano de Clínica Dental La Chicuela, quienes nos ayudarán a recopilar la información verdadera sobre estas piezas molares.

¿Por qué se les llama muelas del juicio?

Como mencionamos antes, estas piezas molares verdaderamente se llaman Cordales o Terceros Molares, el nombre de Muelas del Juicio se debe a la etapa del desarrollo en la que suelen emerger (en caso de que lo hagan). El rango de edad en el que esto puede darse es entre los 16 y los 25 años de vida del individuo, edad en la que los seres humanos solemos ser más maduros o en la que se ha desarrollado mejor el “juicio”, lo que nos hace más sabios y más propensos a comprender cómo funciona el mundo.

En otros países tienen diferentes nombres, aunque el significado es bastante similar. En coreano, las muelas del juicio reciben el nombre de “diente del amor”, en referencia a la juventud y el dolor del primer amor, que se da en los años de adolescencia y los primeros de la adultez, mientras que en japonés son comúnmente llamados “desconocido para los padres” porque dada su aparición tardía se supone que los hijos ya se han emancipado de casa de los padres; mientras que por su parte en tailandés, son conocidos como “diente apretujado”, en referencia a la falta de espacio.

Estas piezas dentales se  encuentran situadas en la última posición de la línea de la dentadura, es decir, al final de la arcada dental y pueden salir o quedarse dentro del tejido gingival, es decir que nunca llegan a erupcionar.

¿Bajo qué circunstancias deben extraerse?

En el apartado anterior mencionamos que estas muelas pueden o no erupcionar, y es que cada caso tiene sus particularidades, pues la realidad es que no depende de una fórmula establecida, sino de la naturaleza propia del paciente y del espacio que tenga en la boca para los dientes.

Si las muelas del juicio  no erupcionan y están en una posición que no afecta al resto de las piezas dentales pueden quedarse en su lugar sin problema, es decir, no hay necesidad de extraerla. Sin embargo, cuando el paciente no tiene el espacio suficiente para que las cordales puedan salir se les llama muelas del juicio retenidas.

Las muelas del juicio retenidas no siempre causan síntomas y este sería el escenario ideal,  sin embargo, cuando una muela del juicio retenida se infecta, daña otros dientes o causa otros problemas dentales y se pueden experimentar algunos de estos síntomas:

  • Encías enrojecidas o hinchadas
  • Encías sensibles o sangrantes
  • Dolor en la mandíbula
  • Hinchazón alrededor de la mandíbula
  • Mal aliento
  • Un sabor desagradable en la boca
  • Dificultad para abrir la boca

Una muela de juicio retenida puede aparecer parcialmente, de modo que se ve parte de la corona (retención parcial), o pueden no atravesar nunca la encía (retención total). Tanto en la retención parcial como en la retención total, puede suceder lo siguiente con la muela:

  • Crecer en ángulo contra la muela próxima (segundo molar)
  • Crecer en ángulo contra la parte posterior de la boca
  • Crecer en ángulo recto contra el otro diente, como si la muela de juicio estuviera «recostada» dentro del maxilar
  • Crecer derecho hacia arriba o hacia abajo, como cualquier otra muela, pero permaneciendo atrapada dentro del maxilar

Si una muela retenida no es atendida de la forma correcta puede tener repercusiones negativas en la salud general de la boca, algunas de estas complicaciones pueden ser:

  • Enfermedad de las encías: La dificultad que se presenta para limpiar las muelas de juicio retenidas o que salieron de forma parcial, incrementa el riesgo de contraer una afección dolorosa e inflamatoria en las encías denominada «pericoronaritis» en esa zona, eso afecta directamente la calidad de vida pues no solo se trata de la incomodidad producto del dolor, sino que también afecta la alimentación, pues habrá alimentos que no se podrán ingerir, ya que podría maltratarlas aún más, generando mucho más dolor.
  • Quistes: Las muelas de juicio se forman en un saco dentro de la mandíbula. Si por alguna razón el saco se llena de líquido, puede formar un quiste que puede dañar la mandíbula, los dientes y los nervios. El peor de los escenarios que se puede dar, aunque sucede en raras ocasiones, es que se desarrolla un tumor, generalmente no canceroso, y si no se atiende de forma breve y efectiva, puede llegar a requerir la extirpación del tejido y el hueso.
  • Daños en otros dientes: Si la muela de juicio hace presión contra el segundo molar, puede dañar el segundo molar o aumentar el riesgo de infección en esa zona, la presión que ejerce la cordal puede causar problemas con el apiñamiento de otros dientes motivado a la falta de espacio, lo que significa que de no atenderse a tiempo, se puede requerir tratamiento de ortodoncia para colocar los dientes en la posición correcta.

A pesar de su potente nombre y al contrario de lo que generalmente se piensa, cuando estos molares aparecen no necesariamente su ubicación y posición obliga a los otros dientes a desplazarse, sino que todo va a depender de la posición donde salgan las muelas del juicio. Si están en una alineación correcta, no es necesario extraerlas.

  • Caries: Las muelas de juicio parcialmente retenidas parecen correr mayor riesgo de padecer caries que otros dientes, es posible que esto ocurra porque las muelas de juicio son más difíciles de limpiar y porque los alimentos y las bacterias quedan atrapados con facilidad entre la encía y la muela que salió en forma parcial. Por lo que si este es el caso, la recomendación es visitar al dentista, pues las caries no atendidas pueden generar complicaciones graves por sí mismas.

¿Se puede prevenir la retención de las muelas del juicio?

Lamentablemente esto no es algo en lo que podamos intervenir demasiado a nivel odontológico. Lo que se recomienda es que el paciente tenga una buena higiene bucodental para evitar lesiones y problemas, sin embargo, en el caso de las cordales no es mucho lo que se pueda hacer, ya que eso depende de una parte de la dentadura que no se puede ver a simple vista.

La mejor manera de sentir que se hace algo de prevención en este caso particular es asistir al dentista por lo menos 2 veces al año, de manera que el especialista pueda realizar limpiezas dentales y en caso de ser necesario, radiografías que muestran cuál es la posición de estas muelas.

Teniendo un registro constante de la ubicación de las cordales, el odontólogo decidirá si se necesita o no una intervención para extraerlas. Por ello, las visitas de control son fundamentales, pues con las radiografías se puede observar fácilmente y se puede evitar la aparición de los síntomas. En caso de que se vea que la ubicación de la muela no es la correcta, se puede plantear su extracción antes incluso de que el paciente tenga malestar.

Es importante recordar que las muelas del juicio son un resto evolutivo de lo que eran los terceros molares. En el pasado, el hombre de las cavernas tenía una alimentación diferente a la de nosotros y las utilizaba para triturar los alimentos. Los tiempos han cambiado y hoy no son tan necesarios, aunque hay personas que aún las utilizan pues su alineación fue la correcta o la ideal. No todos los casos son iguales y es precisamente lo variado de las experiencias lo que genera tanta preocupación, sin embargo, como podemos ver no es algo que deba ocasionar mucha angustia.

Asistir regularmente al dentista y que este haga los procedimientos adecuados para poder conocer la ubicación de las muelas del juicio ayudará a tomar la decisión que corresponda según nuestro caso particular y las posiciones que las piezas dentales tengan, pues como mencionamos antes, no hay nada que nosotros podamos hacer para que estas muelas se ubiquen en la posición correcta para evitar las complicaciones.

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