En esta sociedad actual con un alto consumismo, donde lo que veo lo quiero ya, donde todos tenemos más caprichos y artículos de los que realmente necesitamos, donde deseamos que a nuestros hijos no les falte de nada y que sean los más felices, a veces corremos el riesgo de caer en algo que se ha dado en llamar como el “síndrome del niño hiperregalado” porque los niños acumulan tantos juguetes que pierden el interés y el entusiasmo por ellos… Y, sin embargo, no nos damos cuenta que lo más sencillo y cotidiano es, a veces, lo que más les gusta y entretiene a los más pequeños de la casa, y que también los juegos más divertidos no tienen por qué ser los más caros. Solamente se necesita para organizarlos una fuerte dosis de humor, paciencia, ingenio, fantasía, inventiva e imaginación para poder convertir unos sencillos materiales que tenemos todos en nuestras casas en unos auténticos juegos infantiles, como, por ejemplo:
- Unas botellas de plástico. Las botellas de plástico grandes y pequeñas pueden pintarse de distintos colores y asignarle a cada una un número. Luego se rellenan de agua para que tengan peso y ya estas listas para convertirse en un excelente juego de bolos. Solo nos queda hacernos con una pequeña pelota, y juego listo.
- Una caja de cartón. Una caja de cartón, dependiendo de su tamaño, puede dar mucho juego. Desde las más grandes que pintadas y abriéndole unas ventanas pueden llegar a convertirse en una preciosa “casita de juegos”. Otras opciones podrían ser convertirlas en un baúl donde guardar los juguetes, un laberinto, un garaje para los coches o incluso una cuna o una cama para las muñecas.
- Pinzas de la ropa. Es increíble como con algo tan sencillo los niños pueden disfrutar tanto, solamente tendremos que formar un tren con muchos, muchos, muchísimos vagones y hacer circuitos. La diversión está asegurada.
- Con un trozo de lana unida en sus extremos con un nudo y nuestros dedos podemos llegar a formar infinidad de figuras, solo hay que dar rienda suelta a nuestra imaginación.
- Un trozo de papel. Plegando y doblando un trozo de papel puede darse forma y conseguir diversas figuras.
- Con garbanzos. Dos vasos de plástico y unos cuantos garbanzos pueden constituir un auténtico juego para los más pequeños, solo necesitamos algo tan simple como ir cambiando los garbanzos de un vaso al otro.
- Con cuerda. Un juego que entretiene especialmente a los más pequeños es la culebrilla, donde una persona agarra un extremo de la cuerda y a ras del suelo la moverá de forma que haga un zigzag, el niño deberá intentar saltarla sin pisar.
-Otro clásico de la cuerda es el mítico juego de la barca con canción incluida: “Al pasar la barca, me dijo el barquero que las niñas bonitas, no pagan dinero…” en este juego la cuerda se mueve de forma suave con el típico vaivén de las olas, de ahí su nombre.
– Otro clásico de la cuerda es la comba, ya para niños un poco más mayores, que puede hacerse de forma individual o por parejas. En este sentido, para jugar con seguridad, nosotros os recomendamos que recurráis a las cuerdas de Cuerdas Valero, una empresa de cordelería que está preparada para atender a todo tipo de clientes, adaptándose de una forma ágil, fiable y rápida a cualquier tipo de pedido de cuerda, independientemente de su color o grosor.
- Chapas o tapones de botellas. Con una capa de pintura de dos colores diferentes para diferenciarlas o sencillamente haciéndole unas simples marcas, junto con cartón que nos haga las veces de tablero, podemos organizar un entretenido juego de tres en raya.
Otros juegos que podemos organizar con las chapas son:
– El clásico partido de futbol, para el cual pintaremos un pequeño campo de futbol en el suelo o sobre un cartón, necesitaremos también una canina que nos haga la función de balón.
– El salto de altura, en el cual mediante el golpeo de la chapa con el dedo pulgar intentaremos que esta llegue lo más alto posible.
– La carrera de chapas para el cual solamente se necesita dibujar y recorrer un circuito golpeando la chapa con la uña, gana quien llegue antes a la meta.
Actividades al aire libre para niños
La realización de actividades y juegos al aire libre son sumamente beneficiosos para los niños, mejoran su capacidad y desarrollo físico mediante el deporte, favorecen sus hábitos sociales y de liderazgo, fomentan la interacción con otros niños, el sentido de equipo y la cooperación, etc.