La infancia es para mí la etapa de la vida más importante. Es el momento en el que somos esponjas de todo lo que vivimos. Es el momento de adquirir conocimientos que posteriormente pondremos en marcha a lo largo de los años. El ejemplo más claro es que nos acordamos perfectamente de las letras de canciones que nos aprendimos cuando éramos chicos. Sin embargo, ahora no somos capaces de recordar ni una sola letra. También es cierto que el famoso reguetón y la música trap hacen mucho.
Por eso, volviendo a mi época de adolescencia, siempre recuerdo que en mi casa se veía una serie que se llamaba Cañas y Barros. Pues bien, esas imágenes de aquella serie se me quedaron para siempre en la cabeza. Siempre recuerdo que los protagonistas principales de la historia eran ‘Los paloma’. Y nos contaba la vida de tres generaciones: el abuelo, el mejor pescador del lago; Tono, el hijo, que ha consagrado toda su vida a ganar terreno al agua, en una tarea interminable, acarreando tierra en su barca con la que conseguir, palmo a palmo, un terreno que cultivar, y, por último, Tonet, el nieto, la oveja negra de la familia, que, con su conducta, causa la deshonra de todos. Y, como fondo, todo el entorno social de una época en plena transformación. La época en la que se sitúa la acción es a finales del siglo XIX y principios del XX. Esta es una serie que se puede ver en TVE.
En esa época yo era un joven apasionado por la literatura, la televisión y la naturaleza. Desde que vi esa serie en televisión y supe que estaba adaptada en la obra de Vicente Blasco Ibáñez, me hice un enamorado de esa zona, ya que retrataba muy bien a vida en la Albufera, una zona preciosa en la Comunidad Valenciana.
Después de la serie llegó el libro. Y cada vez que me leía el libro, la verdad es que me sentía transportado a ese lugar que estaba lleno de riqueza natural y cultural. Y no pudo negar que soñaba con poder visitar un día esa zona y disfrutar de todo en primera persona. Lo que no sabía era cuándo lo haría ya que me encontraba a casi 800 kilómetros de distancia.
Pues bien, años después, por fin llegó la oportunidad de viajar a la Albufera. Y sí, todo era tan maravilloso como pensaba. Lo que más me llamó la atención fueron las aguas tranquilas, las aves exóticas y la vegetación. En ese momento, me di cuenta de que la espera había merecido la pena y que sí, todas esas imágenes que vi de pequeño en la serie coincidían con lo que estaba viendo y viviendo.
Un viaje maravilloso
Una vez allí era el momento de explorar cada rincón. Lo hice caminando por los senderos, navegando en sus aguas y respirando el aire fresco, algo que en el lugar donde yo vivo no puedo hacer. Durante este tiempo que estuve allí, también recuerdo que me hice amigo de varias personas de allí. Y sobre todo los más mayores me contaron cosas de La Albufera que me encantaron. Era como si hubiera estando hablando con aquellos personajes de la serie y del libro que tantas veces imaginé. Una pasada.
Y sí, gracias a la empresa Paseos en Barca El Besso pude cumplir el sueño que tanto añoraba, que era el de dar un paseo en barca por sus aguas. Al más puro estilo de la familia Paloma, yo era uno más.
Desde entonces, siempre que tengo la oportunidad viajó a La Albufera. Es un viaje que me hizo valorar todavía más la importancia de conservar y proteger la naturaleza. Pero sobre todo la importancia de conocer desde pequeño estas joyas de la naturaleza y de la literatura. Tengo claro que si no lo hubiera empapado en mi casa gracias a mis padres, nunca hubiera sabido que era esto de la Albufera. Desde entonces puedo decir que soy un defensor del medio ambiente y que dedicó gran parte de su tiempo a crear conciencia sobre la preservación de la naturaleza, es que nos estamos cargando el medio ambiente.
Tengo claro que La Albufera para mí no solo es un lugar maravilloso que recomendar a todos los que hacen un viaje a la Comunidad Valenciana, también es un tesoro que puede reflejar una serie de valores, sobre todo para aquellas personas que todavía piensan que los sueños de la infancia se pueden hacer realidad. Es el momento de soñar.